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Tomado de la web para facilitar información de carácter relevante en la UCI.
Los procesos patológicos que pueden
producir fallo respiratorio o ventilatorio ponen de manifiesto signos y
síntomas relacionados con la hipoxemia. Signos como la taquipnea, el
aumento del trabajo respiratorio, la utilización de músculos accesorios,
taquicardia, coloración de la piel y síntomas como la disnea son útiles
para el reconocimiento de un episodio agudo. Frecuentemente, si el
cuadro agudo evoluciona, se acompañan de cambios en la conducta,
objetivándose agitación psicomotriz, agresividad, datos que orientan
hacia un estado creciente de hipoxemia.
En el paciente crónico los
cambios en la conducta que pueden observarse son debidos a la
hipercapnia, apareciendo somnolencia, bajo nivel de autoestima y rechazo
a la participación activa de su autocuidado. En ocasiones las terapias
medicamentosas (broncodilatadores, corticoides, antibióticos, etc.), las
no medicamentosas (oxigenoterapia, fisioterapia y mantener la vía aérea
superior permeable y bien hidratada), y el soporte integral que ejerce
el equipo de enfermería, pueden llegar a estabilizar la función
respiratoria e iniciar una mejoría a corto plazo. Otras veces, el
deterioro de la función respiratoria, con alteración en la gasometría,
incremento del trabajo respiratorio, también de la frecuencia, la disnea
y los ruidos agregados en la auscultación de los campos pulmonares y
vías respiratorias superiores, presencia de aleteo nasal, dificultad en
la expresión verbal por compromiso respiratorio, y la progresiva
alteración del estado de conciencia, lleva a requerirse la aplicación de
la ventilación mecánica (VM), para cumplir el objetivo
interdisciplinario de promover una ventilación cómoda y eficaz, mantener
las vías aéreas permeables, suministrar un adecuado flujo y restablecer
el intercambio efectivo de gases.
Los
objetivos de la VM son corregir la hipoventilación, mejorar la
oxigenación, y el transporte de oxígeno, disminuir el trabajo
respiratorio procurando descanso y reacondicionamiento muscular, además
del confort del paciente, es decir, de minimizar la disincronia. La
magnitud de las manifestaciones refleja el nivel de dependencia de la
persona, los cuidados que necesita y permiten ajustar el soporte
ventilatorio mecánico a sus necesidades.
Cuando un profesional de Enfermería
responsable de un paciente en VM establece un plan de cuidados,
identifica los objetivos, los cuales serán útiles como instrumento de
medida para evaluar constantemente las intervenciones siendo factor de
motivación.
La monitorización del soporte ventilatorio se incluye dentro
de las intervenciones y se encamina a constatar que los objetivos se
consiguen. En este artículo se revisan los ítems que nos permiten la
monitorización del paciente ventilado desglosada en monitorización
general y monitorización respiratoria en la que se valoran los
parámetros respiratorios, el intercambio de gases, la mecánica pulmonar y
la sincronía PACIENTE-VENTILADOR.
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